La naturaleza es maravillosa y generosamente nos provee de todo tipo de experiencias sensoriales y emocionales. Por eso hoy quiero dedicar esta entrada de blog a enseñaros cómo veo yo la naturaleza y sobre todo contagiaros mi pasión por los vegetales a través de mis ojos.
Los nutricionistas hablamos mucho de alimentos y de cómo sus nutrientes nos afectan una vez los comemos. Ahora bien, antes de desintegrarlos y utilizarlos, algunos de ellos son modelos dignos de reportaje fotográfico. Por eso quiero compartir algunas fotos que muestran la belleza del mundo vegetal tal y como es.
Esta es la bella flor de un calabacín, la cual crece adherida al cuerpo y en algunas culturas como la italiana las comen rellenas o fritas. A mí personalmente me gustan para decorar platos y pedirle a los invitados que averigüen de qué es.
Estas son las vivas lechugas trocadero cuyas raíces se mantienen en agua hasta ser consumidas para asegurar la máxima frescura y conservación de nutrientes.
Tuve el placer de toparme con ellas no hace mucho gracias al catering Tavoletta, de lo mejor que me he encontrado hasta la fecha.
Aquí vemos un corte fino de pepino, donde se observa cómo el centro de este fascinante vegetal, aunque compuesto por un 95% de agua, simula las patas de una gallina, las alas de una mariposa, una peineta o cualquier otra cosa. Me parece mentira que después de comer y cortar pepino una infinidad de veces, fue hace solo un par de años cuando al preparar «agua de mojito» descubrí estas patitas flotando en el agua. Para aquellos que os estéis preguntando que es eso del agua de mojito, es una bebida refrescante y sabrosa para beber a cualquier hora, que consiste en litro y medio de agua, un pepino con piel cortado muy fino con mandolina preferiblemente (ojo con los dedos), el zumo de medio o un limón al gusto (yo prefiero uno entero) y unas hojas de menta. Meter la mezcla en una botella de cristal y dejarla en el frigo para in bebiéndola fresquita.
Por último os presento a esta piña que, aunque seguro muchos ya habéis visto en su forma natural antes de ser recolectada, a mí me sorprendió tanto que la considero digna de compartir con aquel que nunca la haya visto. Esta en particular la descubrí en el Fair Child Tropical Botanic Garden de Miami. Si alguno tenéis la suerte de poder ir prestad especial atención a la exhibición de mariposas. Sinceramente más impresionantes que la piña.
A veces no todo son los kilos, las calorías, los suplementos nutricionales o los precios. A veces también merece la pena abrir los ojos y observar a los vegetales tal y como los ofrece la naturaleza.
Sí, la naturaleza es maravillosa y tenemos una inmensa suerte de poder disponer de alimentos como estos. A mi me alucina el romanescu. ¡Qué perfección!